En Pamela, or Virtue Rewarded (1740), una adolescente entra a servir de criada en la casa de una gran dama y, tras la muerte de esta, el señor B…, heredero de la dama, comienza un acoso y derribo para llevarse al catre a la criada, que resiste el asedio hasta que finalmente el aristócrata no ve más remedio que casarse con ella. Cuando abordé el libro por primera vez, esperaba encontrarme un modelo tosco e iniciático de novela al servicio de la moralina más plana en torno a la virtud femenina, eso de lo que el Marqués de Sade haría mofa más adelante, invirtiendo el título. No fue así, o al menos no de la forma que esperaba. 'Pamela' es una obra extensa, pero atrapa al lector interesado y otorga voz propia a la protagonista como un personaje vivo, tanto en sus cartas como en el diario. El formato epistolar se aleja de la narración como sucesión de hechos externos y presta atención a la introspección interna, sentando las bases de la novela psicológica moderna.
Richardson no provenía ni del teatro ni del periodismo, sino del propio negocio editorial, así que representa bien al nuevo modelo de escritor que ya no depende de ningún mecenas, debiéndose directamente a su público. Y su público de primera línea lo conformaba la nueva clase media. Así, nuestro autor habla por y para la burguesía, despachándose a gusto con la aristocracia, desde la mentalidad puritana que llevaba a empatizar con la mujer desvalida que se ve perseguida por los caprichos de un noble. ‘Pamela’ defiende la escalera social, oponiendo la burguesía trabajadora a la decadencia de la vieja nobleza, pero, a pesar de la intrepidez de algunas de sus líneas, la resolución implica la aceptación del orden social vigente, si bien reordenado para integrar a la intrusa, que se amolda a su nueva condición al contraer matrimonio con su acosador.
La novela incluye líneas que, en la relectura, me siguen sorprendiendo por la incursión psicológica, como cuando hace entrar al señor B… en un examen de conciencia, o cuando muestra a Pamela desarrollando sentimientos complejos hacia su acosador, que viajan desde el miedo hasta el amor, pasando por el rencor; la protagonista se muestra valiente en ocasiones, y también cobarde, pragmática… Su evolución no será perfecta, pero no es, en absoluto, un personaje plano. Richardson nos lleva a sentir rabia, incluso odio hacia algunos personajes, antes de reconciliarnos con ellos en un giro efectista de los acontecimientos: todo un carrusel de emociones.
Ahora bien, esta imagen tan moralista de Richardson, por mucho que en la superficie se muestre intachable y se confronte a veces con el más licencioso Henry Fielding, esconde en realidad un poso turbio de morbo no reconocido: el motivo de la doncella perseguida, que será explorado por el futuro género gótico británico y a la vez recreado, a su manera, por algunos autores franceses. En este punto, creo que la innovación de Samuel Richardson, por mucho que se amparase en los juicios y correcciones de las señoras de bien que corrigieron su texto a la luz de la más estricta decencia, supo reflejar hondamente, y quizás sin pretenderlo, los claroscuros de la imaginación inglesa.
Con todo, además de su innovación en un género, el epistolar, que aún tendría mucho que decir en el futuro, me resulta injusto que Richardson no sea hoy más celebrado en los cánones literarios al uso, al menos en comparación con su contemporáneo Fielding, ni conocido apenas para el lector no británico de clásicos: muestra de ello es que 'Pamela' sea hoy su única novela disponible en castellano, y que yo haya decidido al fin agenciarme la monumental 'Clarissa' en su idioma original; habida cuenta de que se trata de la novela más larga escrita en el idioma de Shakespeare, es un reto que me llevará, me temo, bastante tiempo, y que por ello deberé dosificar y compaginar con otras lecturas.
Samuel Richardson, 'Pamela'. Edición de Fernando Galván y María del Mar Pérez Gil. Editorial Cátedra, 2013. Obra original publicada en 1740.
'Continúa sumamente airado. Ha ordenado que tengan dispuesto su coche con la mayor rapidez. ¡Me pregunto qué es lo que vendrá después! ¡Seguro que no dije tanto! ¡Pero ved la arrogancia de las clases altas! ¡Una persona de condición humilde no debe decir ni una palabra cuando a los nobles se les mete en la cabeza estar enfadados! (...) Mi bondadosa señora, su querida madre, lo mimó al principio. Según he oído decir, nadie debía hablarle ni contradecirlo cuando era un niño, así que no está acostumbrado a que nadie lo controle y no puede soportar la menor cosa que contraríe su violenta voluntad'.
Esta novela la estudié en la carrera, pero nada de lo que "empollé" entonces me motivó para leerla como ahora tu texto. No digo que la vaya a leer, jeje, pero por ahí anda, así que a lo mejor, en algún momento... El tema me interesa, desde luego, como todo el contexto, tanto histórico como propiamente literario.
ResponderEliminarPor otro lado, leyendo esta entrada, me han venido a la cabeza otras dos obras que no me resisto a mencionar, por si no las conoces, porque creo que podrían interesarte. Una es Memorias de dos jóvenes esposas, de Balzac, que también es novela epistolar, en la que dos amigas de carácter muy diferente se cuentan una a la otra sus experiencias como señoras casadas.
La otra obra es un ensayo, Nunca delante de los criados (https://www.editorialperiferica.com/libros/nunca-delante-de-los-criados/), que refleja, entre muchas otras circunstancias, la de las sirvientas acosadas por los señores.
Por cierto, sí que he leído ya Manon Lescaut. Te dejo comentario en la entrada correspondiente.
Y ánimo con ese magnífico proyecto de leer Clarissa en inglés. Ya estoy deseando que nos cuentes al respecto.
Saludos!
Gracias por lo que dices, Ángeles. Ya sabes que, cuando algo nos gusta, es inevitable que transmitamos un poco ese interés al escribir o hablar sobre ello. Entiendo que esta, como otras novelas de la época, no serán del gusto de todos los lectores, y uno no puede recomendarlas de la misma forma que recomienda, por ejemplo, a Jane Austen (se me hace difícil concebir que alguien pueda rechazar a Jane Austen, pero incluso con ella, es cuestión de intereses y afinidades). También converge un poco mi interés por la historia de las mentalidades y las ideas, rastrear las influencias de algunos géneros en particular. Pero tampoco quiero dar una impresión equivocada, he leído bastantes menos libros de los que pudiera parecer.
EliminarEn cualquier caso, si gusta el formato epistolar, y gusta la literatura sentimental clásica, 'Pamela' es muy recomendable, y en mi relectura me ha vuelto a atrapar como la primera vez, a pesar de conocerme bien la trama.
En cuanto al género epistolar, que sea 'Pamela' la auténtica pionera (las Cartas persas de Montesquieu, o las cartas de Margaret Cavendish yo las veo más como antecedentes del género, en realidad), es ya interesante de por sí, a pesar de no jugar con todas sus posibilidades, pues solo contamos con la voz de Pamela, faltando varios narradores que se escriban mutuamente.
Y te agradezco las recomendaciones. Me ha hecho gracia la casualidad, porque no hará un mes me compré ''Memorias de dos jóvenes esposas'', un pedido que me tardó en llegar. Y lo compré siguiendo tu recomendación, porque igual no te acordarás, pero me la recomendaste hace mucho tiempo, igual que otras, como ''Un susurro en la oscuridad'', de May Alcott, que también adquirí y tengo en mi larga lista de lecturas pendientes. Para que veas que hago caso de tus recomendaciones. Me apunto ese ensayo que dejas aquí, que no conocía y que pinta tan interesante.
En cuanto a 'Clarissa', hace ya años que quiero leerla. De hecho, era el libro que más me frustraba no encontrar traducido en español, y por ello me he lanzado a esta aventura. Me lo tomaré con mucha calma, y un diccionario como aliado.
Saludos.
Ay, que me he repetido :D Y no es la primera vez que me pasa, contigo y con otras personas. Voy a tener que hacerme una agenda de recomendaciones, para no volver a caer en lo mismo. O dejar de recomendar :D
EliminarDisculpa la insistencia, pues.
En cualquier caso, me alegro de que ya tengas el libro, me honra que tengas en cuenta mis sugerencias, y por supuesto espero que te guste.
Y veo que te has "mudado" a Blogger. Espero que no te dé calentamientos de cabeza, que algunas veces se pone un poco tonto :D
Nada que disculpar, Ángeles, sobra decir. Y, por favor, no dejes de recomendar :)
EliminarLo de la agenda de recomendaciones, sin embargo, tiene su punto. Podría encabezarse con algunas recomendaciones generales, por ejemplo, para distintas estaciones del año (''Noches blancas'' de Dostoievski para comienzos de verano, ''Canción de navidad'' de Dickens para diciembre...) y pasar a partir de eso a recomendaciones para distintos tipos de personas, según su personalidad. Si se hiciese bien, la cosa daría para un libro, que a su vez podría ser recomendado por otros, y al final nos queda un minicuento borgeano :P
PD: Siempre he estado en Blogger, solo que he vuelto a la plantilla clásica por tener una barra lateral en condiciones. De momento he tenido suerte, pero ya sé que otros han tenido algunos problemas: cruzaremos los dedos...